La playa de Piscinas, con sus montañas de arena esculpidas por el mistral, ofrece el espectáculo incomparable del ciervo sardo que al amanecer llega hasta el mar.

Las minas de Porto Flavia y Montevecchio, cuyas ruinas de pueblos mineros recuerdan fantasmagóricas escenas del lejano Oeste. No se pierda la playa de Masua, frente a la cual se alza el Pan di Zucchero, una mole caliza de 133 metros de altura. Carloforte, el centro más importante de la isla de San Pietro, donde cada año se celebra la fiesta del Girotonno en honor del pez soberano de la isla.

Arenas Biancas es una playa kilométrica de arena muy clara y suave que alcanza los treinta metros de altura y ofrece un panorama de ensueño, entre Portofino y Teulada.

Pula, con sus animadas placitas y el patrimonio artístico del yacimiento arqueológico de Nora, enclavado en un entorno natural de ensueño, hará de su viaje una oportunidad para reflexionar sobre civilizaciones pasadas.

Cagliari, la capital de la isla, es una ciudad de bellezas artísticas que se persiguen por las calles de los barrios históricos. Cagliari es buena comida, galerías de arte, compras y naturaleza. Pasee por Via Roma contemplando el puerto y disfrute de un aperitivo al atardecer desde el Bastione di Saint Rémy.